El fútbol puede ser una gran herramienta de crecimiento, de
formación humana para nuestros jóvenes. Para ello, el ambiente y la forma de
competir deben ser los adecuados. Sé que se van dando pasos para ello, pero
todavía queda camino por recorrer. Por eso he decidido lanzar esta propuesta,
la cual consiste en pocas y sencillas medidas que pueden suponer un impulso en
nuestro objetivo: mejorar los valores de nuestro querido deporte y, con ello,
ayudar a nuestros jóvenes.
Envío esta propuesta a los cientos de clubes con los que
contacto a través del correo electrónico o de Facebook, así como a distintas
federaciones, comités de árbitros y medios de comunicación. Ojalá pueda
extenderse y llegar a cada uno de los clubes de nuestro país, y ojalá sean
muchos los que se animen a llenar de bellos gestos los miles de campos de
fútbol de España durante los próximos 31 de marzo, y 1 y 2 de abril.
La propuesta es para todos los partidos que se jueguen en
España ese fin de semana, especialmente para aquellos en los que participen
menores de edad.
Las medidas que propongo son las siguientes:
1. Antes del comienzo del partido, lectura por parte de un
jugador de cada equipo de un pequeño texto para invitar a los espectadores a
colaborar en la creación de un ambiente cordial, de respeto y convivencia, así
como a cuidar y mantener limpias las instalaciones. Creo que es mejor que sea
un texto redactado por los propios jugadores (con la ayuda y supervisión de
padres o entrenadores). Por tanto, serán diferentes en función de la edad y de
los aspectos que cada uno quiera destacar.
Si hay servicio de megafonía en las instalaciones, estupendo; si no, puede servir un megáfono portátil o, incluso, una lectura de viva voz cerca de la zona en la que se ubiquen los espectadores, los cuales se acercarían al ver a un jugador que se dirige a las gradas.
Si hay servicio de megafonía en las instalaciones, estupendo; si no, puede servir un megáfono portátil o, incluso, una lectura de viva voz cerca de la zona en la que se ubiquen los espectadores, los cuales se acercarían al ver a un jugador que se dirige a las gradas.
2. También antes de empezar, ambos equipos pueden mostrar
(en conjunto con el árbitro) cartulinas que formen alguna palabra o brevísimo
texto. Como ejemplos, las palabras “RESPETO”, “EDUCACIÓN” o “DEPORTIVIDAD”.
3. También antes de empezar, aprovechando el saludo entre
los participantes, entrega por parte de los jugadores del equipo local de una
pieza de fruta a cada uno de los compañeros visitantes y del conjunto arbitral.
Es un pequeño gesto de atención y acogida por parte del anfitrión.
4. Ya durante el partido, adoptar el compromiso (ambos
equipos) de ayudar al árbitro en la medida de lo posible. Así, en vez de
solicitarle que tome decisiones equivocadas (montones de veces hemos visto por
televisión cómo los jugadores piden que el árbitro les conceda un saque de
banda, por ejemplo, cuando claramente han sido ellos los últimos en tocar el
balón), los jugadores, entrenadores y delegados de ambos equipos pueden llegar
al acuerdo de lo contrario, es decir, de colaborar con el árbitro para que este
tome las decisiones justas en función de lo que realmente ha ocurrido. Cuando
sucediese que un equipo reconociese ante el árbitro algo que no lo beneficia
pero que es justo (por ejemplo, que la falta señalada a su favor no es tal),
sería conveniente que el equipo rival aplaudiera el gesto para que el público
lo percibiera. Es una buena manera de ayudar a los chavales a apreciar los
valores del respeto, el honor y la deportividad.
Como puede comprobarse, son medidas sencillas y que no
suponen ningún gasto. Si probamos una jornada y los clubes quedan satisfechos,
la iniciativa puede ir consolidándose poco a poco. No cuesta nada intentarlo.
El fútbol puede ayudar a la educación de los jóvenes; el
fútbol puede ayudar a cambiar el mundo.
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